Deseo aclarar que el diversificar no es tan simple como distribuir el dinero en distintas canastas, tal y como popularmente nos lo han vendido. Dicha distribución debe realizarse partiendo de los distintos riesgos que existen en nuestro mundo y los potenciales perjuicios que estos pueden tener para las inversiones que vayamos a realizar.
Entre los riesgos a los que podemos quedar expuestos se encuentran:
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Riesgo Cambiario
Consiste en la variación que puede ocurrir entre la equivalencia o paridad de dos divisas, por ejemplo, el día de hoy el dólar americano podría valer 20 pesos mexicanos, y mañana podría estar a 22, y si nosotros tenemos una tortillería, cuya materia prima es la masa de maíz, este cambio al alza en la paridad dólar-peso nos perjudicará, por un incremento en los costos.
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Riesgo Ambiental
Las tormentas, huracanes, incendios y deslaves son eventos naturales que se presentan con frecuencia a lo largo del año, y negocios como la restauración, la hostelería, el transporte y la agricultura, se pueden ver muy perjudicados. Así pues, debemos analizar con cuidado las condiciones del entorno del negocio o la empresa en la que pretendemos invertir o emprender, además de temas como seguros contra desastres naturales y flexibilidad para adaptarse en tiempos difíciles.
Otro riesgo ambiental, y cuyos efectos estamos viviendo hoy, son las enfermedades. En principio, porque su área de acción somos nosotros, y no directamente la economía. Y, mientras que el segundo suele afrontarse con el uso de la deuda, inyecciones de liquidez a los mercados financieros y bajada en las tasas de interés, el primero sólo puede afrontarse mediante la ciencia médica y el esfuerzo y la dedicación de todos sus profesionales.
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Riesgo de Apalancamiento
Precisamente este año, el riesgo por apalancamiento se ha vuelto una realidad, un problema, para muchas empresas a nivel mundial, sobre todo para las aerolíneas, las tiendas minoristas y las de moda rápida o moda barata.
Empezamos por entender qué es el apalancamiento del cual hablamos aquí. Existen dos tipos de apalancamiento, el FINANCIERO y el NO FINANCIERO, y es el primero el que nos ocupa el día de hoy. Una de las herramientas, o vehículos, que las empresas suelen emplear para apoyar y sostener su expansión, mediante la apertura de nuevas sucursales, la creación de nuevos productos y servicios, el despliegue de campañas de marketing y la contratación de nuevos talentos, es la deuda
Cuando las empresas contratan o adquieren deuda se comprometen a devolverla, junto con los intereses, en un tiempo determinado. Y estas condiciones de pago toman en cuenta los ingresos que la empresa ha tenido en años anteriores y los ingresos que la empresa pronostica que tendrá en los siguientes años. Sin embargo, con la pandemia que hoy vivimos, las empresas se han visto obligadas a reducir o parar por completo sus operaciones, al tiempo que muchas de ellas continuaron pagando sus impuestos y los sueldos de sus colaboradores. Por tanto, las condiciones bajo las cuales acordaron devolver su deuda con los intereses ya no existen.
Es por esto que muchas de ellas han cerrado de forma permanente, mientras que otras se han declarado en bancarrota bajo la ley 11 de los estados Unidos, la cual les permitirá reestructurarse para salvar el mayor número posible de empleos y continuar operando cuando regresemos a lo que hoy están llamado «la nueva normalidad»
Con estos pequeños ejemplos surge la pregunta obvia: ¿entonces qué es la diversificación y cómo se hace?
Y la respuesta más rápida y sencilla que te pueda dar es la siguiente:
Diversificar es ser consciente de los distintos riesgos que hay alrededor de un activo, díganse fondos de inversión, franquicias, criptomonedas, préstamos P2P, etc., para entonces elegir aquellos que están expuestos o no a los riesgos que nos interesan, los que estamos dispuestos a afrontar y asumir, asegurándonos de que estos activos y riesgos estén alineados con nuestra estrategia de inversión.
El grado, o nivel, de diversificación que tengamos en nuestro portafolio, dependerá, tanto de los distintos riesgos que se encuentren en nuestro portafolio, como de la cantidad de sectores, divisas, países, climas, y muchos otros factores más, a los que estén asociados nuestros activos.
Espero que esta breve y clara explicación sobre la diversificación te ayude a realizar tus inversiones y obtener mejores rendimientos. Si deseas profundizar un poco más en el tema te invito a que leas mi eBook «El arte de la diversificación: No basta con poner tus huevos en muchas canastas, también importan su tamaño, color y peso.» Lo puedes adquirir directamente en Amazon.
Si tienes alguna duda sobre este u otro tema relacionado a las inversiones o el emprendimiento, puedes escribirme a rafael.hernandez.serrato@gmail.com