La importancia de las mujeres en el mundo de los negocios es crucial para garantizar la prosperidad económica y la competitividad de las empresas. Seguro has escuchado el término “techo de cristal”, que alude a la barrera invisible construida por los prejuicios de género y estereotipos sociales. En otras palabras, impide a las mujeres alcanzar puestos de liderazgo tanto en las empresas como en las instituciones públicas.
La frase de los periodistas Carol Hymowitz y Tomothy Schellhardt, en un artículo publicado en Wall Street Journal en 1986 fue la primera vez que se utilizó el concepto de los estereotipos de género, que todavía afectan al desarrollo de las mujeres y el crecimiento económico de los países.
Las mujeres componen alrededor del 40% de la fuerza laboral en el mundo, según las estimaciones del Banco Mundial. Las mujeres ocupan solamente 24% de los puestos directivos en el mundo según la ONU mujeres.
Según el estudio ¿la diversidad de género es rentable?, desarrollado por el Instituto Peterson de economía internacional evaluó la brecha de género en más de 21,000 firmas en 91 países detectando lo siguiente:
- Casi el 60% de las firmas no incluyen a mujeres en sus consejos administrativos.
- Poco más del 50% carecen de mujeres en puestos de alta dirección.
La actualidad existen algunos patrones de parcialidad que afectan el desempeño de las mujeres, enseguida mostraremos algunos de estos patrones:
Prejuicios anticuados:
1.- Los directivos consideran que las carreras de mujeres sólo son un pasatiempo en cuanto inician una familia, poniendo en duda el compromiso y las competencias de sus colaboradoras.
2.- Las organizaciones siguen operando con prácticas de capital humano diseñadas en las épocas en que la mujer no tenía un rol relevante en el entorno empresarial.
3.- Las líderes necesitan mostrar un comportamiento masculino para no perder el respeto de sus colaboradores; pero también se espera que mantengan su feminidad para evitar intimidarlos.
4.- La falta de mujeres líderes también acarrea la escasez de modelos a seguir por las nuevas generaciones: compañeras de quién es aprender las cualidades y habilidades necesarias para desempeñarse en un puesto directivo.
5.- Deben probar continuamente su capacidad de cumplir metas, pues su expertis es cuestionada constantemente y sus éxitos son vistos como excepciones a la regla.
6.- Algunas jóvenes sienten que deben competir por el puesto femenino que sus colegas mayores trabajaron para conseguir provocando conflicto entre distintas generaciones de mujeres.
Víctimas silenciosas
La oficina de estadística del trabajo en Estados Unidos estima que el 70% de las empresas norteamericanas ofrecen capacitación contra el acoso sexual en sus oficinas; y que 98% de las compañías cuentan con políticas de protección contra este problema. No obstante una encuesta de la oficina de estadística realizada en 2015 apunto que es 71% de las empleadas no reportan acoso sexual en el trabajo este silencio se debe principalmente a:
Miedo a represalias
Es muy común que un reporte de acoso sexual ocasione acciones o actitudes aún más hostiles contra la mujer, perjudicando su carrera y la relación con sus compañeros de trabajo.
Síndrome del espectador: cuando varios empleados son testigos de algún acto de acoso cada uno piensa que alguno de sus compañeros se encargará de reportarlo; si observan que nadie interviene en el problema ¿por qué molestarse en hacerlo?
Cultura masculina: en entornos machistas, el acoso se percibe como algo normal porque es un medio para que los hombres demuestren hombría; incluso algunas mujeres pueden adoptar las mismas actitudes para ganarse el respeto de sus colaboradores.
Lavado rosa
Actualmente existen cientos de empresas que alzan la voz a favor de la equidad de género, pero muchas sólo lo hacen como una manera estratégica de “lavado Rosa”, es decir promueven una postura simpatizante con la equidad de género para consolidar su imagen como organizaciones modernas. Pero ¿realmente son tan innovadoras como profesan?
De acuerdo con la firma de consultoría en temas de género 20-First, las empresas pueden clasificarse de tres modalidades:
Progresivas: porque realmente han formado equipos de liderazgo diversos y libres de estereotipos sociales.
Pretendientes: por que profesan prácticas de igualdad en su comunicación externa, pero aún no en ponderan a un mayor número de mujeres al interior de sus negocios.
Pasmadas: porque ignoran la brecha de género y mantienen una red masculina de directivos. Esta clasificación demuestra claramente que una sociedad con mujeres plenamente en poder hadas todavía es un reto en cientos de países incluyendo México y en tu empresa ¿ya empoderar a las mujeres?