Hemos escuchado hablar del término competencia laboral, desde unas décadas, siendo a finales de los 70’s cuando empieza a utilizarse en el ámbito de los recursos humanos.
Si bien es un término vintage, al día de hoy en pleno 2020 las competencias laborales toman mayor sentido gracias al demandante mundo del trabajo en el que vivimos. Cada vez más personas quieren desarrollar habilidades que les aseguren un desempeño adecuado y les genere éxito profesional. Fortaleciendo sus competencias laborales demuestran que son aptos para el logro de los objetivos planteados.
Definimos el concepto competencia laboral como: «la habilidad para desempeñarse conforme a los estándares requeridos en el empleo, a través de un rango amplio de circunstancias y para responder a demandas cambiantes». (IHCD, 1998)
Conociendo lo anterior, podemos plantear el hecho de que cada empresa tiene sus propios estándares y definidos o no, se hacen presentes cada día en operación; en cómo se integra y avanza hacia sus objetivos. Cada empresa puede tomar la opción de elegir tener éxito; ¿Para qué es creada una empresa? sino para cumplir con sus metas, sean cuales quieran que sean; generación económica, bienestar, posicionamiento, etc. Los colaboradores contribuyen con cada conocimiento, decisión y acción al logro de estos.
¿De qué manera podemos asegurar que el Saber, Saber Hacer y Saber Ser están presentes en los colaboradores? Has tenido una situación en la que tienes a la persona indicada en cierto puesto y por algún motivo has decidido hacer cambios de estructura y él tu mejor elemento ya no está dispuesto a cambiar. ¿Tienes una persona con alto conocimiento en el área (sea ventas, logística, producción, etc.), pero no logra liderar su equipo? Estos son un par de ejemplos que retornan en pérdidas para la empresa.
Se estima que el tener a una persona no adecuada en un puesto le puede costar a la compañía un promedio de 6 meses de sueldo del colaborador. Ocasionado situaciones o rezagos en capacitación, velocidad de respuesta, clima laboral, etc.
¿Para qué evaluar por competencias?, podemos obtener una visión más amplia del comportamiento futro de un candidato/colaborador. Es decir, se evalúan desde situaciones dadas el comportamiento que tiene o tendrá, por lo que nos podemos anticipar de cierta manera ya que no es una regla 100 por 100 las decisiones que tomará. Es importante sumar a esta evaluación la compatibilidad con la empresa.
Te recomiendo que antes de evaluar por competencias, definas descriptivos y perfiles de puesto, así como los valores que tienes como compañía.
Tres competencias que sugiero desarrollar y medir para cualquier posición son: adaptabilidad, inteligencia social y transdisciplinariedad.
Al día de hoy 37% de las empresas en México* lleva a cabo pruebas de competencias, en qué porcentaje estas tú? Y cómo quieres posicionar tu empresa a partir de Hoy.